Vertu fyrst/ur til að klappa
Skoðað 36sinnum, niðurhalað 2 sinni
nálægt Santa María de Redondo, Castilla y León (España)
Ruta sencilla, no exenta de sus pequeñas dificultades.
Salimos de Santa María de Redondo. Hay un aparcamiento para los excursionistas que vamos allí. Tienes que cruzar todo el pueblo y a la salida tienes el aparcamiento.
Nosotros nos encontramos con unos mastines y unas vacas. Todo bien hasta que empezamos a acercarnos a las vacas que estaban en el camino. Allí los mastines se pusieron farrucos. Ladraron lo que quisieron y las vacas se movieron dejándonos pasar.
Hay que decir dos cosas. El camino está perfectamente señalizado y el camino siempre es cuesta arriba No te engaña.
Los primeros tramos, dos o tres kilómetros es por una pista que con un vehículo todo terreno puedes recorrer, pero que no te aconsejo. Hemos venido a caminar. Luego entras en senderos y lugares por donde, en época de lluvia, no me cabe duda que corre el agua. Cruzas un bosque de robles que en otoño tiene que ser espectacular, Lo era ahora en invierno . En este tramo hay algún tramo un poco aéreo, sendero estrecho a media ladera, bastante asequible.
Poco a poco vamos ascendiendo y hay un aumento de pendiente en los últimos 1000 más o menos. Se nota en las piernas pero la pared ya se ve al fondo y hay que llegar,
Y llegamos y vemos la impresionante cueva por la que entramos en sus primeros metros,. En el suelo discurre el agua proveniente del manantial corriendo para entrar en la roca y volver a salir ya en el exterior. Sale por debajo de la roca a nuestros pies y se puede entrar mas en la gruta. Alguna vez ¡hemos entrado, pero no hay nada que ver.
El día que fuimos prometía ser de mucho sol y frio. Estanos en invierno. Y si, hizo frío, pero no sol. Nublado y amenazando lluvia. Las nubes tapaban los picos y crestas cércanos y no vislumbramos casi nada. Aprovechamos que estábamos en seco en la cueva para comer algo y arrancar la vuelta.
En principio para volver al punto de origen Santa María de de Redondo, hay que coger otro camino que sube un poco y en algún tramo es un sendero aéreo a media ladera. Cruzamos bosques de robles y encinas y al final salimos a unos prados de alta montaña. Un collado. Cruzando el mismo,. al fondo se ve una pista que la tenemos que coger y seguir siempre descendente hasta llegar a nuestro lugar de origen
Por esta pista cruzamos un bosque de robles, siempre el mismo árbol, algún acebo sin bolas pero sobre todo fijaros en alguno de los robles sueltos que hay por la zona, Algunos son impresionantes de tamaño.
Y quedaros en el pueblo. Una comida vegana en La Encina merece la pena.
Que lo disfrutes
Athugasemdir